Por parte del estudio de arquitectura, el proyecto comenzó en base a una planificación y comunicación preponderante. Se llevaron a cabo una serie de reuniones de participación con los vecinos y actores interesados para tratar de convertir la zona en integral, inclusivo y atractivo centro local. Emplazado en un área de gran interés histórico y protección patrimonial, el centro polifuncional proyectado, interactúa con la mansión Linderud que da su nombre al nuevo complejo. Fue importante lograr que las imágenes demostraran el respeto y la sinergia que se planteaba entre lo existente y lo imaginado. Si bien ya existen construcciones modernas de vivienda, centro comercial y edificio de oficinas, se proponen una serie de actuaciones que mejorarían el lugar y algunos de los objetivos de nuestro trabajo era la producción de ilustraciones que reflejaran la relación entre lo nuevo y lo antiguo, entre lo privado y lo público y entre los edificios y los grandes espacios ajardinados que se abren como auténticos parques de disfrute entre dos tiempos que confluyen. Era necesario transmitir la idea de que todo era un proyecto integral en donde personas de los más variados orígenes dieran vida a una nueva plaza privada de uso público. Una idea global que concentraba las más diversas actividades en varios niveles y a dos escalas complementarias.