Tvedestrand

Caminos adoquinados, archipiélagos idílicos, historia y patrimonios únicos caracterizan, entre otras cosas, a este pequeño pueblo sobre el estrecho de Skagerrak. En primera línea, la ciudad crece desde el lago y, como telón de fondo trepa imponente un tupido bosque de coníferas. Se desarrollan como una escenografía, calles angostas de piedra que, sinuosamente, comunican casas, plazas y edificios de antaño. Es sobre ese bosque que tres edificios conectados se proyectan y fue nuestro el trabajo de darles una integración y coherencia con el resto del entorno. Su implantación se hace en base a un trabajo simple de materiales y contrastes, modelando paneles revestidos en madera noble interrumpidos por grandes ventanales verticales. El revestimiento exterior envuelve completamente el complejo mientras sus vanos interactúan con la naturaleza, por una parte, y con la ciudad, por la otra. De esta manera, reflejos, luces y sombras complementan un ambiente veraniego de resolana. El cuidadoso regulado de niveles y parámetros de las fotos, logró un efecto que homogeneiza lo proyectado con lo existente donde lo nuevo convive sin desentonar con lo pasado.